REVUELTA
CONTRA EL VALIDO
CASTILLA AÑO 1439
Los
nobles castellanos se levantan contra el Condestable don Álvaro de Luna,
celosos de la gran influencia que ejerce sobre el rey Juan II , así como por la
riqueza que ha ido acumulando.
Unidos Álvaro
de Luna y Juan II, según se dice oír
apasionado amor, el monarca no tarda en dejar todo el peso del gobierno en el
condestable, El Adelantado Pedro Manrique, siendo uno de los primeros en
mostrar disgusto por el poder del condestable, lo que le cuesta ser enviado rápidamente
a prisión.
Poco
después Pedro Manrique que logra fugarse uniéndose a su hermano y a varios
señores como el de Cameros y los hermanos Pedro y Suero Quiñones.
Juntos envían una carta desde Monarca, para Medina del Campo en la que exponen el deseo de que el condestable sea apartado de la Corte. El monarca naturalmente se opone, sin embargo la causa rebelde gana adeptos en el reino, Luis de la Cerda conde de Medinaceli.
Pedro de Castilla y Obispo de Osma, y el conde de Lesma se unen
a los insurgentes. Para cumplir aún más la situación, el rey de Navarra y el
Infante Enrique de Aragón entran en Castilla. Adhiriéndose a los sublevados.
La mediación de algunos sublevados religiosos logra que finalmente ambos bandos realicen una reunión en Castronuño donde se firma un tratado humillante para el poder real y ventajoso para los confederados rebeldes.
Se impone Juan II con una serie de
condiciones por las que el Condestable es desterrado de la corte, debiendo
abandonar al rey durante seis meses.
El rey de
Navarra y el Infante de Aragón recuperan todas las villas y heredades que
tienen en Castilla, y no debe anular cualquier proceso incoado contra el Infante
o cualquiera de sus aliados.
Al convertirse
los confederados en nuevos consejeros
del rey, pronto se inician las desavenencias y discordias internas mientras el rey segué
actuando de acuerdo con el condestable Álvaro de Luna que le envía ordenes por medio
de sus aliados y agentes secretos.
Por estos fueros Álvaro de Luna manda al rey que se traslade a Salamanca para mostrar así su
repulsa a los acuerdos de Castrnuño.
Al enterarse
de su marcha los confederados donde se expresa le envían desde Ávila un acta solemne
de acusación contra el condestable donde se expresa que este domina por
completo al rey, ya que tiene ligadas y atadas todas las vuestras potencias corporales e intelectuales
por mágicas y diabólicas encantaciones.
Esto
supone el fin de los acuerdos de Castronuño pero marca el principio del fin del
condestable.
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