LA CARABELA
UN NAVÍO IDEAL PARA CRUZAR EL ATLÁNTICO
Las nuevas
carabelas y las naos alcanzan gran desarrollo, que las convierte en instrumento
clave de los descubrimientos de nuevas tierras. Ideales y perfeccionadas en las
costas atlánticas de la península, sobre todo en Portugal; estas naves resumen
toda la experiencia náutica de Oriente y Occidente, desarrollada en la Edad
Media, so los primeros buques que combinan robustez y maniobrabilidad que aparecen
en Europa.
Los primeros
tipos de carabelas muestran sus defectos en los viajes de exploración que se
suceden a lo largo del siglo XV, gracias a
su progresivo perfeccionamiento, se convierten en la clave de los
descubrimientos. Sus características básicas son un casco resistente y un
velamen desarrollado.
La
antigua galera mediterránea, ágil y veloz a costa de alargar su eslora y afinar
su perfil, cuenta con todas las ventajas para desenvolverse en el Mediterráneo.
Sin embargo estas características provocan su fracaso en las agua revueltas del
Atlántico que exigen una estructura más fuerte y bombeada, el barco redondo de eslora corta y perfil amazacotado.
Las
proporciones de la carabela se fijan a principios del siglo XV en la relación
media de 1.2.3.para las longitudes de
manga, quilla y eslora. Está dotada siempre de una cubierta en la que se construye un pequeño y bajo castillo
de proa y a popa en un cuarto de la superficie total de la cubierta, se
encuentra la toldilla que techa la cámara del capitán y del maestre.
El resto
de la tripulación tiene que acomodarse en cubierta o en la bodega.
La nao de
características similares a la carabela, lleva dos cubiertas, sobre la segunda,
que se extiende desde el centro del buque hasta popa la cámara del capitán y la
toldilla. La segunda cubierta se usa cómo cámara para la tripulación. Para poder
mover estos barcos. Los remeros no bastan. Se ha de utilizar un aparejo especializado,
que por su envergadura y por la feliz combinación de velas, logre la agilidad
que finalmente poseerán estos pesados navíos.
Carabelas
y naos emplean la vela redonda de forma rectangular para aprovechar los vientos
de popa y la vela latina, de forma triangular para navegación con vientos de
costado.
A estas se unen la cebadera de forma rectangular, cuando el buque dispone de botalón en la proa. La mayoría de estas naves se construyen en Andalucía (Sevilla) con madera de roble de la cuenca alta del Guadalquivir, y hierro procedente de las costas septentrionales castellanas, de Vizcaya que posee maderas y hierro de gran cotización en el mercado
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