jueves, 10 de abril de 2025

LO SIETE INFANTES DE LARA

 

                           LOS INFANTES DE LARA

 


Castilla año 1000. Se compone ésta obra  en el Monasterio de Salas de los Infantes, siendo un poema épico sobre los Infantes de Lara, que actualmente se encuentra  perdido.

Se trata de personajes legendarios de la literatura, donde se cuentan  las desventuras de los Siete Infantes, éstas  se hallan recogidas en una minuciosa descripción de la Crónica general.

Según en este escrito, los Infantes eran hijos de Gonzalo Gustioz y de doña Sancha, y el comienzo de sus infortunios tuvo lugar con motivo de las bodas entre Rui Velázquez, señor de Vilviestre y el hermano de doña Sancha,  y doña Lambra, prima hermana  del conde de Castilla, Fernán González.

Un altercado surgido entre el menor de los infantes Gonzalo González y Alvar Sánchez, un primo de la novia terminó con la muerte de éste último, la desesperación de doña Lambra y el principio de una venganza que se prolongaría largo tiempo por parte de Ruiz Velázquez.

Cómo las afrentas a Doña Lambra no terminaron allí, y su ansía de castigar a los Infantes no cesaba, su esposo fingió perdonar a sus sobrinos y consiguió la confianza de Gustioz para enviarle a Córdoba con una carta para Almanzor, escrita en árabe en la que pedía que matara al mensajero y que se acercara con sus tropa a la frontera castellana donde le entregaría los siete infantes.

Almanzor no obstante se contentó con encarcelar al enviado y  cederle una mora para su servicio de la que se enamoraría y tendría un hijo llamado Mudarra.



Los infantes por su parte, se reunieron con su tío en la Vega de Cebreros para marchar juntos a tierras de moros, pero al llegar a los Campos de Almenar, Ruiz Velázquez mandó que se adelantaran.

Una vez solos los infantes fueron cercados por más de diez mil musulmanes que mataron a los soldados que los acompañaban, así cómo a una de los infantes. Los otros seis pidieron una tregua a los árabes y enviaron un mensaje a su tío para que los socorriera.

Ruy Velázquez se negó a prestarles ayuda y en un enérgico combate los musulmanes decapitaron a los hermanos por orden de edad. Cuando Almanzor mostró las cabezas de sus hijos a Gonzalo Gustioz se conmovió tanto por la tristeza del padre que lo dejó en libertad.

Así termina la primera parte que parece estar basada en un hecho histórico de la Crónica, En la segunda a la manera de los romances épicos se narra la historia de Mudarra González, quien armado caballero, a los diez años de edad se presentó ante su padre y se propuso vengar la muerte de sus hermanastros, asaltó y dio muerte a Ruiz Velázquez en el camino de Barbadillo, y después quemó viva a Doña Lambra.


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