sábado, 5 de abril de 2025

AÑO 1336 GUERRA ENTRE ESPAÑA Y PORTUGAL

 



Alfonso IV de Portugal declara la guerra a Castilla, tras el cerco de Lerma, que se ha declarado vasallo del rey de Portugal. No es más que una simple excusa para ampliar su territorio.


Las acciones portuguesas se limitan a cercar Badajoz (1336), con el objeto de distraer el cerco de Lerma, pero no tiene éxito.

Las tropas de Alfonso XI de Castilla ni siquiera se presentan en la frontera occidental castellana; un grupo de nobles y los ejércitos de los concejos de Sevilla derrotan a los portugueses en Villanueva de Barcarrota (1337), al tiempo que Badajoz mantiene su defensa sin dificultades.

Ante el el giro que presentan los acontecimientos, Alfonso IV renuncia a sus intenciones y pone fin a la contienda.

Sin embargo Alfonso XI decide aprovechar la oportunidad brindada para arremeter a su vez contra Portugal.

Alfonso utiliza el desea de castigar la actitud portuguesa, y proyecta una entrada doble en este reino s través de Galicia y Ciudad Rodrigo.

No se desarrolla una guerra en toda regla sino que se suceden diversas escaramuzas  y combates aislados que resultan decisivos, aunque si son perjudiciales para Portugal.

El Almirante castellano Alonso Jofre Tenorio derrota a la flota portuguesa, y realiza luego acciones de castigo en las cercanías de Oporto. 

En 1336 durante el reinado de Alfonso XI de Castilla, las tropas del rey Alfonsa IV de Portugal  sitiaron la ciudad de Badajoz, y poco después las tropas castellanas a la ordenes de Enrique Enríquez el Mozo, biznieto de Pedro Ponce de León el Viejo, señor de Marchena, y José Alonso Pérez de Guzmán, segundo señor de San  Lucar de Barrameda, derrotaron a las tropas del rey Alfonso IV de Portugal en la batalla de Villanueva de Barcarrota (Badajoz) y con su victoria obligaron al rey de Portugal a levantar el asedio de Badajoz.           

Llegados a este punto la reina portuguesa Beatriz, tía de Alfonso XI, intenta mediar en el conflicto, para lograr una pronta resolución. Sin embargo no consigue ningún resultado positivo, como tampoco lo logra una embajada del rey de Francia, dirigida por el Arzobispo de Reims y el Obispo de Rodec. 

Esta última tendrá cierto éxito a largo plazo, ya que entre sus pretensiones se cuentan las de obtener la cooperación de Castilla y Portugal contra los benimerines, y de conseguir la alianza castellana contra Inglaterra.

El conflicto luso castellano se extiende hasta 1338, en que los inconvenientes de la guerra, las vinculaciones familiares y la intervención pontificia acaban obligando a firmar la paz. 

Sellada en noviembre de 1338 en la ciudad de Mérida; la paz conduce a una eficaz cooperación entre los reinos de Castilla y Portugal, en lucha contra los musulmanes granadinos y africanos.



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