VJZCAYA Y LA EDAD MEDIA 1489
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De acuerdo con la villa de Bilbao y con el objetivo de reprimir las luchas entre OÑACINOS y GAMBOINOS, el corregidor de Vizcaya, Garcí López de Chinchilla, redacta unas capitulaciones de derecho penal, dado que las luchas entre los bandos de los Mendoza y los Gamboa, llegaron a ser de tal virulencia y gravedad que se hizo insoportable la convivencia durante la Edad Media.
Entre finales del siglo XIII y mediados del XV, Vizcaya, Guipúzcoa y en menor medida Álava, se vieron enfrentadas por las luchas incesantes entre clases sociales, a pesar que en teoría no existía la clase noble para obtener el dominio de la mayor cantidad posible de tierras y recursos.
Con frecuencia hubo enfrentamientos entre las clases de los llamados Oñacinos, liderados por los guipuzcoanos de los Oñaz y de los Gamboinos vizcaínos de los Gamboas.
Los Ochacinos eran firmes partidarios de la unión con Castilla, mientras que los Gamboinos eran partidarios del reino de Navarra.
Hubo guerras y batallas en Usurbil en 1413, la llamada de Lezcano en 1420, en Bermeo en 1427, y en Zumarraga en 1446, y paro porque la lista existente en los archivos son incontables.
Se desconocen sus remotos orígenes, ya que la historia se ha mezclado en este caso con la leyenda pero según nos cuentan antiguas crónicas el odio que se profesaban ambos bandos provocaba violentas reyertas y peleas que imposibilitaba la mutua convivencia, sin motivos aparentes y de escaso aprecio o importancia.
Para poner coto a esto, las principales familias acudían al rey Juan I, que confirmó las Ordenanzas acordadas por los guipuzcoanos en Junta General en Donostia (febrero 1379). .
Las ordenanzas no llegaron a conseguir su objetivo y prosiguieron los enfrentamientos, incendios, talas y robos.
En el siglo XV los pueblos deciden unirse para hacer frente a la
hostilidad que divide a las principales familias.
Los municipios nombran comisionados para que acuerden las Ordenanzas de la hermandad en junta general y acuden en diversas ocasiones al rey de Castilla, para que las apruebe y ponga orden.
En 1457,
Enrique IV se traslada en persona a Guipúzcoa con sus ejércitos y destruye torres y castillos de los principales implicados en las luchas que son desterrados.
En 1470
Pedro de Avendaño y Juan Alonso de Mújica, cabecillas de los bandos oñacino y
gamboino, regresan de sus destierros y prosiguen los desórdenes y enfrentamientos
Para colmo de los males las tierras de la familia Oñaz fueron esquilmadas por los Gamboinos, de modo que no había forma de convivencia
El corregidor Garci López de Chinchilla, redacta unas capitulaciones que acaban con los bandos, pero no con los banderizos.
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