martes, 22 de abril de 2025

MOROS Y CRISTIANOS EN PUGNA

 

JAIME I SOMETE MURCIA PARA CASTILLA EN EL AÑO 1266

El reino de Murcia sublevado contra el dominio castellano, se somete a las armas de Jaime I de Aragón. El reino de Murcia había rendido acto de vasallaje a Fernando III de Castilla, tras la capitulación de Alcaraz en 1243.

Basándose en estas condiciones, las tropas castellanas, al mando del Infante Alfonso, el futuro Alfonso X, logran ocupar la ciudad de Murcia.

Pero no todos los jefes musulmanes se mostraron de acuerdo con las condiciones pactadas por su futuro régulo,  por lo que el infante Alfonso tuvo que llevar a cabo distintas campañas de conquista hasta 1245, con las que consiguió la rendición de diversas plazas importantes como Lorca, Aledo y Cartagena, sin embargo a los primeros amagos de repoblación y el intento de restaurar de la sede episcopal cartaginense, en esta primera etapa siguió de inmediato Ibn- Ben-Hud, como sometido a vasallaje de Castilla.

En 1264 en plena sublevación de los musulmanes del sur hispánico, y como Alfonso X tuviera que enfrentarse con los rebeldes andaluces, el nuevo rey, no pudo hacer frente al mismo tiempo a los problemas que presentaba el reino murciano.

Asimismo ésta revuelta  estaba apoyada por lo meriníes africanos, con ello  las complicaciones se volvían mucho más graves, todo esto llevó a Alfonso X a solicitar la ayuda de su suegro Jaime I que aceptó y que sugirió al rey castellano que sometiese las revueltas de Andalucía mientras él se ocuparía de combatir a los sarracenos de Murcia.

En la primavera de 1265 el infante Pedro, que se encontraba en la ciudad de Valencia, se dirigió a Murcia con una numerosa hueste que produjo en sus campos y huertas una  gran devastación, sobre todo  de almendros, higueras  y  cítricos,  así como de enorme cantidad de  árboles frutales.

En el otoño el monarca convocó a los principales barones para que se presentaran en Valencia equipados para la guerra, aunque si bien no fueron muchos los que asistieron, principalmente los aragoneses, el mismo Jaime I llegó también a Elche, luego desde Alicante llamó a sus hijos Pedro y Jaime para que le secundaran.

Desde el mismo principio e la campaña, el conquistador logró una serie de éxitos y las ciudades situadas entre Villena y Alicante pidieron negociaciones y fueron tomadas. Poco antes de presentarse ante Murcia tuvo una entrevista en Alcaraz con Alfonso X en diciembre de 1265.


A primeros de enero del año siguiente, Murcia quedó sitiada, los asediados pidieron pronto conversaciones y la plaza capituló a principios de febrero. Una vez sometido el reino Jaime I lo cedería a Castilla, según los términos del acuerdo de lo pactado.

De todos modos y en nombre de Alfonso X  el rey aragonés favoreció la concesión de grandes señoríos a los nobles que habían participado en la campaña, sobre todo en los heredamientos de la huerta murciana.

En ésta forma de actuar, Jaime I se apartó de la política que había llevado a cabo en las conquistas de Valencia y Mallorca en donde los repartos de tierra se habían realizado en parcelas más pequeñas y más  distribuidas entre la masa de los conquistadores, por debajo de la capa de la nobleza acudieron algunos menestrales y la mayoría de la población islámica se quedó a cultivar unos campos que ya no eran suyos. En Murcia se constituyó un poderoso consejo que, tras serle concedido el fuero de Sevilla, en realidad el Fuero Juzgo, tomó amplias atribuciones y privilegios.



Se diferenciaron cuatro partes distintas, la huerta, la montaña, el campo y la costa ribereña del Mar Menor Mediterráneo.


 

 

 

 

 

 

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