Álvaro de Luna, nació en el año 1390 en Cañete de Cuenca en el siglo XIV, fue noble caballero de la Casa de Luna, y condestable de Castilla, gran maestre de la orden de Santiago y valido del rey Juan II Castilla. Está enterrado en la capilla de Santiago en la girola de la Catedral de Toledo. Hijo natural de Álvaro Martínez de Luna y de María Fernández Jaraba, conocida como la Cañeta.
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El padre
de Álvaro murió cuando tenía el muchacho solo siete años, durante su infancia fue cuidado
por su tío el antipapa Benedicto XIII, Juan
Martínez de Luna (el antipapa) Fue introducido en la corte como paje o doncel de la cámara del
futuro rey de Castilla Juan II.
La reina regente
doña Catalina de Lancaster, en 1415 intentó alejar de la corte a Álvaro, pero no
pudo ser ya, que se había convertido en maestre de sala del rey Juan II, con el que
le unía una estrecha amistad.
En 1418
con motivo celebración de la mayoría de edad de Juan II tuvieron lugar una
serie de festejos y torneos y durante
uno de ellos, Álvaro de Luna tuvo la desgracia de sufrir un grave accidente, dañándose
el cráneo de la cabeza por el impacto de la lanza del contrincante. Durante su
larga convalecencia estuvo apartado de la corte, mientras tanto y por parte de sus rivales intentaron alejarlo
de la amistad con el monarca
En 1420
el Infante de Aragón don Enrique perpetró un golpe de fuerza que fue llamado el
golpe de Tordesillas con el objeto de poder controlar las maniobras y
movimientos de los castellanos,
apresando al rey Juan II, siendo encarcelado en Talavera de la Reina.
El día 29
de noviembre de 1420 Juan II logró escapar de su cautiverio con la ayuda de don
Álvaro para refugiarse en el castillo de la puebla de Montalbán.
El día 10
de diciembre Don Enrique de Aragón ante la imposibilidad de poder tomar el
castillo al asalto y ante la amenaza dela llegada de fuerzas comandadas por el
otro Infante de Aragón, su hermano Juan quien desde Olmedo había cruzado la Sierra
de Guadarrama y establecido su campamento en Móstoles para acudir en ayuda del
rey.
Don
Enrique se dirigió a Ocaña a una de las fortalezas de la Orden de Santiago, de
la que era maestre, mientras que don Juan se reunía con el rey poniéndose a su
servicio contra cualquier tentativa de volver a limitar su libertad.
Por su
parte el rey agradeció la ayuda prestada en su fuga por don Álvaro, concediéndole
el Condado de Santisteban de Gormaz..
El 12 de
junio de 1423 don Enrique se presentó ante el rey Juan II, después de haber
recibido garantías personales, pero días después el monarca incumplió su
palabra y ordenó su detención siendo encarcelado en el castillo de Mora.
Avisados
de lo que había ocurrido, su esposa y el resto de sus seguidores entre los que
se encontraba el condestable de Catilla Rui López Dávalos y el adelantado Mayor
de León Pedro Manrique pudieron escapar
a Aragón.
Todos ellos
fueron desposeídos de sus bienes y títulos. Los de don Enrique pasaron a su hermano el infante Don Juan, excepto el maestrazgo
de la orden de Santiago que fue otorgado por el rey de forma provisional a don
Gonzalo de Mejia.
El título
de contestable de Castilla se lo concedió el rey a don Álvaro de Luna quien se afianzaba
su posición dominante en la corte. Para conseguir este título y el primero que incluía
don Álvaro logró que el rey abriera un proceso amañado al condestable Rui López
Dávalos, aprovechándose de su huida a Aragón por su apoyo a Don Enrique.
Sin
embargo su política de afianzamiento de la monarquía sufrió un duro revés cuando se vio obligado a aceptar las
condiciones impuestas por el rey de la Corona de Aragón Alfonso el Magnánimo como hermano mayor de los infantes de
Aragón en el Tratado de Torre de Arciel,
ya que en él no solo se acodó la puesta en libertad del infante don Enrique si
no que reobró su cargo como maestre de la Orden de Santiago sino que además de
los bienes patrimoniales y rentas que le fueron confiscados tras su detención.
Aunque la crónica de don Álvaro de Luna atribuye a la buena voluntad de éste
que se aceptaran los términos del rey de Aragón, (El historiador Vicens Vives
afirma que fue mucho más determinante la presencia de un ejército aragonés en Briones,
a pocas leguas de la frontera con Castilla.
A pesar
de éste revés, a partir del desenlace del golpe de Tordesillas y de la
concesión por el rey del título de Condestable don Álvaro de Luna se convirtió
en la figura central de la Castilla de su época. Tras la firma del Tratado de
Torre de Arciel una parte alta de la
nobleza castellana se unió en torno a los infantes de Aragón para hacer fuerte
a don Álvaro de Luna y a su política de
reforzamiento de la monarquía castellanoleonesa.
Reunidos
en Valladolid le exigieron al rey que le desterraran de la Corte. La presión
hizo efecto y el 5 de septiembre de 1427 Juan II ordenaba su destierro y el de
sus partidarios durante año y medio. Al día siguiente don Álvaro partió para
Ayllón, Sin embargo el destierro sólo duró cinco meses y el 6 de febrero de 1428
ya estaba d suelta en la Corte, fue recibido clamorosamente en Segovia, ante
las divisiones que habían surgido de la facción que encabezaban los infantes de
Aragón, lo que les había impedido llevar la gobernación del reino castellano
leonés. Pocos meses después el 21 de junio, el rey Juan II ordenaba a los
infantes de Aragón, Don Enrique y don Juan que abandonaran la corte y se
mostraba reacio a concertar la paz perpetua entre las coronas de Castilla-Aragón
y Navarra, acordado en Tordesillas el 12 de abril.
También
convocó a las cortes de Castilla para que aprobaran la concesión de un fuerte
tributo con el que reclutar un ejército que hiciera frente a los infantes de Aragón
(Según el historiador Jaime Vicens Vives, detrás de la postura de Juan II,
estaba don Álvaro de Luna, cuyo retorno a la corte incluía sin duda, un plan
para destrozar el partido aragonés en Castilla..
En 1430 don Alvaro se encontraba viudo de su mujer Beatriz Portocrrero, con la que no había tenido descendencia y vió una buena ocasión para sellar su alianza con la Alta Nobleza, buscando un matrimonio conveniente para asimismo. La elección recayó en Juana de Pimentel, hija del conde de Benavente y sobrina del Almirante Alonso Enriquez y del Adelantado Pedro Manrique, con la que celebró desposorios en la aldea de Calabazanos el 27 de enero de 1431
Estas decisiones
fueron interpretadas por los reyes de Navarra y Aragón como de peso previo para
revocar lo acordado en el Tratado de
Torre Arciel, lo que condujo a la guerra castellano aragonesa 129-1430.
Don
Álvaro que al principio responsable de la guerra, según el historiador Jaime Vicens
Vives y en el momento que Juan II vaciló proponiéndose buenamente buscar la paz
en los comienzos le aconsejó que corriese a lo que era más, a saber embargar la
entrada de los reyes de Aragón y de Navarra. Y que enviase a él c9n gente de
armas que bien se pudiera haber.
El
resultado de la guerra fue un rotundo éxito para Castilla y para don Álvaro, ya
que en el transcurso de la misma los ejércitos castellanos se apoderaron prácticamente
de todas las posesiones de los infantes de Aragón en el reino castellano.
Estos fueron
repartidos entre la alta nobleza castellano, cuyo apoyo al rey y a don Álvaro
fue decisivo en el desenlace de la guerra y don Álvaro obtuvo el cargo debe
administrador perpetuo de la orden de Santiago, lo que convirtió en el hombre
poderoso de Castilla. La corona únicamente se quedó el señorío de Medina del
Campo, la localidad donde se había hecho efectivo el reparto el 17 de febrero
de 1430.
El tratado
que puso fin a la guerra fue negociado por el propio don Álvaro, que ostentó la
representación del rey Juan II, con el Arzobispo de Santiago Lope de Mendoza, y
se firmó en lugar de Majano el 16 de julio de 1430.
Las
denominadas treguas de Majano supusieron una completa derrota de las pretensiones
de los reyes a los infantes de Aragón, pues no serían devueltas sus posesiones a los infantes de
Aragón, ni percibían una renta equivalente en metálico por las mismas, sino que
solo se llegó al compromiso de que al finalizar la tregua que duraría cinco años,
periodo de tiempo durante el cual los infantes de Aragón no podían entrar en
Castilla , unos jueces resolverían las reclamaciones de los infantes..
Estos
términos tan duros fueron aceptados por los reyes de Aragón y de Navarra,
debido a su inferioridad militar.
En 1443,
se esforzó en ampliar a los inquietos nobles en una guerra Granada, aunque hubo
algunos éxitos como la batalla de Higueruela, siendo imposible una política
consistente dado el carácter levantisco de los nobles y la indolencia del
propio rey; se dice que no conquistó Granada debido al terremoto de Atarfe,
según otros porque fue sobornado por los moros para que no conquistara la
ciudad, entregando un carro lleno de higos, pero cada uo de ellos ocultaba una
moneda de oro.
En la
guerra civil castellana de 1437-1445 encabezó una de las dos facciones
nobiliarias enfrentadas, sufriendo tres reveses con el acuerdo de Castronuño,
la sentencia de Medina del Campo y el
golpe de Rágama, pero formalmente logró vencer a la facción rival encabezada
por el infante de Aragón y rey consorte de Navarra don Juan, en la decisiva
batalla de Olmedo de 1445.
Durante
el transcurso de la guerra fue objeto de durísimas críticas por parte de sus
adversarios quienes llegaron a acusarle de homosexual, calificativo que siempre
fue denostado en España, añadiendo de tener
embrujado al rey Juan II.
Tras la
derrota de los infantes de Aragón en la guerra civil de 1445 fue nombrado
Maestre de la Orden de Santiago, título que había ostentado el infante de Aragón don Enrique,
que moría por una herida sufrida en la batalla de Olmedo y además recibió el
condado de Alburquerque y el señorío sobre las villas de Trujillo, Medellín y
Cuellar.
A partir de su victoria en la guerra civil de 1437-1445, su poder parecía incontestable pero solo se basaba en el efecto que le dispensaba el rey. Eso cambió cuando la segunda esposa del rey, Isabel de Portugal madre de Isabel la Católica, temerosa de poder del condestable Álvaro de Luna, conocedor de sus intrigas, abusos, y ciertos asesinatos dispuestos y ordenados por él, urgió con insistencia a su marido prescindir del favorito..
En 1453,
el rey Juan II cedió, el 4 de abril Álvaro de Estuñiga, detuvo al condestable
Álvaro, por orden del rey de Burgos, siendo trasladado al castillo del Portillo.
Su esposa Juana Pimentel y su hijo Juan de Luna, se refugiaron en Escalona,
donde pidiera ayuda al papa por ser la orden de Santiago de la que era gran
maestre, protegida papal, El 28 de abril, Juan II parte de desde el Portillo
hasta Fuensalida para sofocar la rebelión de los partidarios del condestable.
El día 1 d junio se le trasladó a Valladolid
dónde fue juzgado y condenado a un manido juicio que no fue más que una
parodia de la justicia. Fue decapitado en cadalso público en la plaza mayor de
Valladolid el día 2 o 3 de 1453.
Poco
después la gente de Valladolid y algunos nobles llevaron su cuerpo a enterrar
al convento de San Francisco, donde él había dejado dicho a los religiosos la
noche anterior a su muerte que así lo hicieran. Más tarde al cuidado casi
reverente del que había sido su fiel servidor Gonzalo Chacó, fueron trasladados
a la ciudad de Toledo donde recibieron tierra definitivamente en la suntuosa
capilla de la catedral llamada de Santiago, construida a sus expensas donde yacía
enterrado su tío el arzobispo don Juan de Cerezuela y alli reposaron después
los restos de su mujer doña Juana de Pimentel y otros miembros. familiares
Juana de Pimentel al conocer la ejecución de su marido abandonó la resistencia y rindió
el castillo de Escalona, y hasta su muerte firmó todos sus documentos como La
Triste Condesa, mostrando así el lamento que le producía la ejecución de su marido
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