AL-HANDALUS
MONEDAS DE BUENA LEY AÑO 1106
Bajo el
mandato de Alí-ben Yusuf se regula en al-Ándalus el dinar de oro cuyo peso se
fija en los cuatro gramos y al que se da forma perfectamente redonda. Al mismo
tiempo, se establecen nuevas cecas en Granada y Murcia que trabajan
conjuntamente con la ceca cordobesa fundada en el 928. De éste modo los almorávides
proponían punto final a un grave problema de los reinos de taifas; la degradación
paulatina del sistema monetario que había impuesto en el 928 Abderramán III, y
la pérdida de valor de las monedas de plata, por ejemplo, su ley se había
rebajado hasta tal punto que pasaron a ser de cobre puro.
La adopción d esta nueva medida contribuyó a recuperar la credibilidad referente al exterior y devolver la confianza interna en la propia economía.
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MÁLAGA EXPULSA
A SUS MOZÁRABES AÑO 1106
Los almorávides
expulsan a los mozárabes malagueños hacía el norte de África. La invasión de la
España musulmana a fin del siglo XI por los almorávides cambia totalmente la
situación de los cristianos de los andaluces. Los Almorávides son una confederación
de tribus bereberes islamizadas poco
tiempo atrás e inspirada por los juristas malikies, que aspiran a restaurar el
cumplimiento estricto de las normas coránicas.
Los almorávides aparecen entre los hispanomusulmanes como reformadores y rigoristas, por lo que al principio son bien acogidos por los alfaquíes y la mayor parte de la población que estaba aplastada por una presión fiscal desorbitante e ilegal según el Islam. Los restauran la ortodoxia y suprimen los impuestos no autorizados por el Corán
Su
dominio de al-Ándalus en los siglos XI y XII se caracteriza por la intransigencia
de los musulmanes tibios, cristianos y judíos, muchos de los cuales se ven
obligados para salvar sus vidas. Los mozárabes españoles, gozaban de cierta
tranquilidad desde el reinado de Abderramán III y sobre todo a partir del surgimiento
de los reinos de taifas, que eran tributarios de los reyes cristianos de
Castilla y León.
Durante
esa época la cristiandad mozárabe no sufre más detrimento que el paso de muchas
de su poblaciones al señorío de los reyes del norte de la
Península.
A finales
del siglo XI permanecen en la España
musulmana, por los menos las sedes y diócesis de Sevilla, Málaga, Archidona, Córdoba,
Elvira, Granada, Estepa, Zaragoza y otras. Pero la denominación de los intolerantes
africanos se hace sentir en seguida en todas las diócesis cristianas de al-Ándalus,
que se encontraban empobrecidas. La tolerancia que hasta entonces se había
tenido con los cristianos es impía.
Además su
independencia además su independencia de los reyes cristianos hace que desaparezca
las razones políticas para respetar a los mozárabes. Desde su llegada estos son
objeto de constantes persecuciones.
En Málaga se mantiene la antiquísima Sede Episcopal con numerosos fieles guiados por el obispo Julián. Acusado ante el príncipe moro o el gobernador cristiano es desposeído y encarcelado. Durante los siete años que dura supresión, el prelado sufre continuas injurias y malos tratos. Tanto es así que corre por la ciudad la noticia sé de qué ha muerto víctima de una paliza de sus carceleros y la comunidad cristiana de Málaga nombra al arcediano de la catedral para que lo sustituya en el cargo. Poco después de que tengan lugar estos hechos los mozárabes de Málaga son expulsados al norte de África.
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