Portugal 1263,
Alfonso X de Castilla devuelve a Alfonso III de Portugal el territorio del
Algarve después de un tira y afloja entre ambos monarcas por el dominio de la
porción suroccidental de la península ibérica.
De
momento la devolución se efectúa a título de feudo, condición que conservará el
Algarve hasta 1268 pese a las reiteradas protestas incluidas la apelación a la
Santa Sede.
Los orígenes
de este conflicto se remontan al año 1249 cuando el capitán del ejército Payo
Pérez Correa, consiguió completar la reconquista del Algarve con la toma de
Faro, Albufera, Porches y Tavira.
A la
sazón. Los musulmanes del Algarve huyen masivamente al vecino territorio
de Niebla, situado al otro lado del Guadiana, y los portugueses invaden Niebla
en persecución de los árabes fugitivos.
Colisionan
a raíz de ello los intereses castellanos con los portugueses, dado que Niebla pertenece
al área de expansión de Alfonso X y que el señor de Niebla es vasallo del
monarca castellano.
Alfonso X
sale en defensa de su vasallo y tras expulsar a los portugueses de Niebla,
reclama para sí el Algarve.
La larga
batalla diplomática que comienza a continuación desemboca en un acuerdo
matrimonial: el enlace entro Alfonso III y Beatriz, una de las hijas de Alfonso X, como
requisito para la devolución del Algarve a Portugal.
Un
interdicto del Papa contra la celebración de tal matrimonio amenaza con
malograr el acuerdo, cuando sobrevinieran providencialmente el fallecimiento de
la condesa de Bolonia, primera mujer de Alfonso III, La boda convenida se
celebra por fin en 1262, y un año más tarde el Algarve se integra definitivamente
en los dominios portugueses.
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